lunes, 29 de agosto de 2011

Después de extender la mantilla española sobre la mesa ovalada de caoba
del comedor, los individuales en cada lugar,y coloqué los servicios
vasos y platos base mientras a lo lejos se escuchaba el televisor de la sala.
La hora de la comida era un ritual muy elaborado de preparar y muy largo de soportar aunque relativamente duraba unos 30 minutos uno comiendo y entre servir los diferentes tiempos; la sobremesa podía durar 2 horas y luego había que poner el servicio del café sacar las galletas, los panecillos y mientras los invitados o los mayores, conversaban yo recogía y lavaba los platos y los trastos donde previamente se había elaborado la comida,la cocina tenía que quedar limpia y despejada de ollas y cazuelas la estufa.
No había espacio para haraganear, todo en la casa era obligaciones y más obligaciones, pero uno se tomaba sus escapes como ¡IR A LA TIENDA!mi hermana menor y yo peleábamos por ese privilegio aunque quedaba a unos pocos minutos de la casa era una experiencia liberadora! que yo hacía toda una proeza cuando intrépidamente sacaba la bicicleta y me iba a otra colonia que quedaba a 15 minutos de la casa a toda velocidad y convertía esas salidas en AVENTURAS sin igual. . . . .

No hay comentarios:

Publicar un comentario