me sentía tan vulnerable a todo
como olvidada en medio de la nada
caminaba sin dirección hacia arriba
como queriendo salir . . . de lo que me apresaba
pero desearlo no era suficiente para desengancharme
de mis afectos, del miedo, de la razón;
pero si de las personas que me subestimaban
quien me encasillaba según su mediocre visión
fue quién más me ayudó a decidir la dirección.
mi deseo de escapar nació conmigo,me he convencido
he sido fugitiva del dolor que he llevado conmigo
una mancuerna perfecta como el instinto de supervivencia
-pudiste volar más te sedujo el camino-
Sus pequeños ojos de cachorro perdido me
despertaron un instinto asesino
que arriesgaría cualquier cosa por estar contigo.
jueves, 8 de septiembre de 2011
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